sábado, 29 de marzo de 2014

Sobre mí

Aquí os presento de manera resumida y esquemática el recorrido académico y profesional que me ha llevado hasta el momento presente. Ver descrito de esta manera el camino andado no deja de resultarme algo frío, pero he de admitir que lo que pierde en calidez lo gana en claridad y brevedad. 

Me emociona tomar algo de distancia con lo ya hecho, para darme cuenta después de todo lo que queda aún por andar. Emocionante y prometedor...  

• Licenciada en Psicología. UAM, 1995. Colegiada nº M-26844
•  Especialización en Psicoterapia Bioenergética.  Instituto Español de Terapia Bioenergética. 1996-2000. Consulta privada 1999-2000 en León y desde 2011 hasta la actualidad en Aranjuez.
•  Formación en Terapia Sexual: Trastornos y disfunciones. UAM 1992. 
•  Formación en Psicomotricidad UAM, 1992.
•  Formación en Perinatal: Aproximación a la psicología perinatal, Muerte gestacional y perinatal, Salud física y emocional en posparto y puerperio, Jornadas de psicología perinatal. 2011-2013 
•  Formación como Doula.  Asociación “Mares Doules”, Barcelona, 2000. Desde 2005 acompaño a mujeres y parejas en el embarazo, parto y posparto.
•  Bailarina profesional y profesora de danza desde 1988. Imparto sesiones de “Danza oriental para el nacimiento” desde 2003.
•  Desde 2003 y hasta 2010 colaboré con el equipo de matronas de la maternidad Acuario en los grupos de preparación al parto.
•  Desde 2006 imparto talleres y conferencias para profesionales de atención a la maternidad organizados por diferentes entidades.  
• Atención psicológica a mujeres embarazadas y parejas desde 2011.
• Talleres para futur@s madres-padres sobre aspectos emocionales de la maternidad.
• Miembro de la Asociación Española de Psicología Perinatal. Grupos de formación y documentación. Miembro de el grupo de trabajo de psicología perinatal del COP de Madrid

Acompañamiento emocional para la maternidad-paternidad en Madrid




Servicios como Psicóloga perinatal:   

La psicología perinatal se ocupa de la atención psico-afectica de la maternidad y la paternidad, desde la preconcepción hasta el primer año de crianza.  Tiene como objetivo proteger y fomentar la salud psico-emocional del bebé por nacer y la familia, cuidando el vínculo afectivo desde el momento de la concepción, ayudando a que la mujer y su pareja tomen conciencia de cuáles son sus recursos y mejores habilidades como padres, y tratando las dificultades que puedan surgir en medio de ese camino de transformación. 

      "La educación emocional empieza antes de nacer, realmente desde el momento en que la madre es consciente de que está embarazada y va a tener un hijo". Rafael Bisquerra, 2011

El tiempo del embarazo es una maravillosa oportunidad que la naturaleza nos brinda para asumir una maternidad-paternidad responsables. Un tiempo privilegiado para ocuparnos de proteger y favorecer la salud, a todos los niveles, de nuestro futuro bebé. Un tiempo que asumido con consciencia nos brinda la oportunidad de crecer al lado de nuestr@ hij@.  

Talleres grupales y sesiones individuales.

Servicios como Doula:

En griego antiguo, "doula" significa "mujer esclava de otra mujer". Hoy la doula es una mujer formada para acompañar a la futura madre durante el embarazo, el parto y el posparto, proporcionándole acompañamiento y apoyo emocional continuo. En muchos casos es además una mujer que ya es madre y además ha tenido una buena experiencia de maternidad. 

Más información sobre esto en: tu doula en Aranjuez

Servicios como Terapeuta corporal:

Danza del vientre para el embarazo
Terapia bioenergética para la maternidad

Más información en:  Danza oriental para el nacimiento

Lugar: Aranjuez y Madrid (zona de Canillas Clyope). 

Para consultar precios y horarios de atención podéis contactar conmigo a en este teléfono: 658575456 o a través del email: marisol.diez@yahoo.es.




domingo, 23 de marzo de 2014

Acompañándome para acompañar en las emociones




Estar junto a alguien que está en crisis no es fácil. Acompañar en la tristeza, en la rabia, en la queja, en el desborde emocional y la pérdida de control no es fácil, ni cómodo. ¿Por qué ocurre esto?

Demasiado frecuentemente, al estar junto a alguien que sufre y expresa su sufrimiento, aparecen frases del tipo: “no pasa nada” “no llores”, “cálmate”,
...cuando la mayoría de las veces “sí pasa algo”, “necesita llorar” y además necesita hacerlo acompañado por alguien.  

Todo lo que sentimos tiene un sentido, un motivo, un “por qué”, aunque no siempre la cabeza lo entienda.
Cuando en una situación de consulta alguien nos muestra su malestar, no está haciéndolo sólo para fastidiarme a mí el día, ni porque no tenga algo mejor que hacer. 

El problema es que, si yo misma no estoy suficientemente preparada para acompañar a alguien en su malestar, si yo misma no he sido nunca BIEN acompañada en mi malestar, y no me ha quedado más remedio que hacer “cualquier cosa” para acallar mi dolor y mis lágrimas, entonces me es muy difícil estar junto a alguien que sufre sin que se remuevan mis propios malestares.

Estar junto a un niño que llora desconsoladamente moviliza a cualquiera. Estar junto a un@  adult@ que nos abre la puerta a su malestar, y nos pide que le rescatemos de ahí, pone a prueba todos nuestros cimientos. Trabajar acompañando a una mujer embarazada y/o en posparto es acompañar a alguien que está en crisis.

Hace años que imparto talleres para profesionales sanitarias, más concretamente para matronas. En estos talleres trato de mostrarles cómo, siguiendo las palabras del psicólogo Fidel Delgado “cuidamos según somos”.
Para poder atender correctamente las emociones de otra persona, antes debo atender las mías propias, o por lo menos conocerlas, tenerlas en cuenta, para que durante mi trabajo no se confundan mis malestares con los suyos, mis dolores y angustias con las suyas, mis lágrimas no lloradas desde hace tanto tiempo con la tristeza desbordada de quien ya no aguanta más.

A cada un@ nos toca hacernos responsables de nuestras emociones y nuestras vidas, pero esto es algo que en muchos casos no acabamos de asumir realmente, por muy adult@s que seamos.
El mundo de las emociones sigue siendo en muchos casos “el mundo oscuro” que intentamos mantener tapado, escondido, como si no existiera. Sin saber (o no queriendo saber), que esto no es posible.  

Cuántas veces he escuchado a las matronas este tipo de comentarios: “Es que las mujeres embarazadas son unas ñoñas”, “es que no hacen más que quejarse”, “se ponen super-infantiles y no hay quien las aguante”.

Si esto es lo que, como profesional, siento y pienso al escuchar a una mujer embarazada, posiblemente me vendría muy bien cuidarme un poco más. Y ver qué me está ocurriendo a mí. Y ver qué se me está moviendo cuando una mujer me dice este tipo de cosas.

Como profesional no puedo evitar que las mujeres embarazadas dejen de quejarse. No tengo el control sobre esto. Pero sí posiblemente puedo hacer algo para que a mí no me genere tanto malestar.

En los talleres de matronas hablamos sobre el concepto de “transparencia psíquica”, de la psiquiatra Monique Bydlowski (2007), y vemos como ese estado de sensibilidad creciente que ocurre durante el embarazo, permite que la mujer embarazada recuerde y revise asuntos pendientes de la infancia. Si esta no fue demasiado amable, inevitablemente se despertarán emociones angustiosas pendientes de “drenar”. Esto, la mujer embarazada, la mayoría de las veces, no lo sabe. 
Ella viene con sus dolores físicos, su sensación de malestar al cual casi no sabe ni ponerle nombre, y en muchas ocasiones va a la consulta pidiendo, reclamando, que la matrona o el médico ayude a aliviar su dolor:  

“¡Mamá, papá, ayudadme! ¡Me siento muy pequeña!”

Y resulta que yo, como matrona, o como médico, me encuentro con mis propios dolores, mi propia niña callada, esperando su turno para ser calmada, contenida, abrazada, y a lo mejor hoy no me encuentro en el mejor de los días para “maternar” a esta mujer embarazada que me pide con gritos silenciosos (o no tan silenciosos) algo de consuelo.

Es así. Pero si por lo menos soy consciente de lo que está ocurriendo en mi interior, entonces, y sólo entonces podré separarme por un momento de mi propia reacción emocional, para poder atender adecuadamente a la mujer que está en consulta.
Separarme de mi propia reacción emocional. Y dejarla apartada en un cajón…, en la bandeja de los asuntos pendientes…

¿Hasta cuándo?  

La mujer embarazada que se queja “no es una ñoña”, … , la matrona que se queja “no es una ñoña”. 

Cuando una mujer embarazada va a consulta mostrando su tristeza, su malestar emocional, la mayoría de las veces es la propia matrona la que mejor puede hacer un trabajo de contención emocional básico en consulta, pero si hay alguna sospecha de que el movimiento emocional que está ocurriendo en la mujer embarazada es demasiado profundo, o dura demasiado en el tiempo, existen profesionales especialistas en salud mental perinatal, picólog@s y psiquiatras, que son los más preparados para atender esto. Es importante que esto lo tengamos en cuenta. 
 
Invitación para tod@s los que trabajamos aliviando el malestar de otras personas, acompañando en las crisis vitales, y en las de todo tipo: Dediquemos un tiempo para atender nuestros malestares, nuestras heridas, querámonos un poco más. Cuidémonos para poder cuidar.   Acompañémonos para acompañar.
          
  
     


miércoles, 12 de marzo de 2014

Psicólog@s, psicoterapeutas, y otros "chamanes"

"Se mide la competencia de los curanderos y chamanes por la intensidad de sus propias heridas personales" 
(Goldberg, 1986). 

Se cree que sus dolores privilegiados  les otorgan mayor comprensión y percepción de las aflicciones ajenas, mientras que la supervivencia o la victoria sobre sus males les otorga un gran poder y autoridad sobre los de los demás. 

Según Bugental (1964), en todas las épocas los seres humanos han acudido a los chamanes en busca de ayuda en el conflicto con los aspectos desconocidos de la vida. Invariablemente acuden a personas investidas de una visión y fuerza mental sobrenatural. 

Según cuenta James D. Guy en su libro "La vida personal del psicoterapeuta", se considera que estos individuos desempeñan un papel que es alternativamente bendecido y maldito, pero por encima de todo, necesario. 

"Se considera a menudo que el psicoterapeuta es el último descendiente de un largo linaje de curanderos,que podemos rastrear hasta tiempos prehistóricos(Bugental, 1964)." 
James D. Guy (1987) 

Las reflexiones anteriores forman parte del  libro de James D. Guy "La vida personal del psicoterapeuta". Como el mismo dice, el propósito de su libro es el de examinar en profundidad los múltiples factores que contribuyen al peso que ejerce la práctica psicoterapéutica sobre la vida personal del psicoterapeuta. 

La escucha activa desde el corazón..., la escucha empática amorosa que permite que se revele lo que está oculto, que permite devolver la luz donde se hizo la sombra, que permite reconocer y expresar nuestro potencial de amor, de inteligencia y energía, y estar cada vez más presentes y más plenos. 

La profesión de psicoterapeuta no está aún del todo bien entendida ni reconocida en nuestro país. Acompañar a otra persona en el difícil camino de sanar sus heridas emocionales y/o de superar sus crisis vitales es una tarea difícil y de gran responsabilidad. 

Además de la formación académica adecuada, exige al profesional una continua labor de revisión y reciclaje interno para poder limpiar sus propias "telarañas internas". 

Tal y como dice el psicólogo Fidel Delgado, cuidamos según somos. 

Aquí os dejo un documento que muestra "lo que a veces está oculto", referido en este caso a la tarea del psicoterapeuta, y el impacto de sus propias emociones y vivencias.  





   

jueves, 6 de marzo de 2014

Yo soy mi cuerpo..., también en mis pies



Mírate los pies. Bien, deja de leer esta página y obsérvalos detenidamente. Si lo necesitas, coge un espejo y fíjate en los detalles. ¿Cómo son? ¿Qué forma tienen? ¿Cómo los sientes? ¿Tienen una estructura adecuada para que apoyes toda tu persona sobre ellos? ¿Los cuidas bien? ¿Qué les gusta?
Según William Schutz: “Los pies, psicológicamente hablando, son de vital importancia, porque representan el contacto con la realidad, el suelo y la gravedad. A nivel físico, un desequilibrio en los pies implica el desequilibrio de toda la estructura”. Los pies, la manera en que los apoyamos y utilizamos, su aspecto, indican la postura crónica, la acttud con que una persona se enfrenta a los retos de la vida. Curioso... ¿verdad? ¿Habías hecho alguna vez una reflexión similar?
Según Desmond Morris, le debemos mucho a nuestros pies, y deberíamos reverenciarlos como una de las partes más importantes de nuestra anatomía. Sin embargo, no lo hacemos. Abusamos de ellos hasta límites inconcebibles. Los obligamos a caminar sobre superficies duras y difíciles, ignoramos por completo su salud y bienestar, hasta que se ven obligados a enviar señales dolorosas que ya no podemos pasar por alto.
Cada uno de nosotros nos desarrollamos como una unidad, y los pies que creamos están íntimamente relacionados con el resto de nosotros mismos. En nuestro cuerpo-mente, como lo llama Ken Dytchtwald, todo está relacionado: arriba-abajo, dentro-fuera, derecha-izquierda, delante-detrás. La relación entre nuestro cuerpo y nuestro carácter es a estas alturas indiscutible, tal y como lo vienen mostrando todas las escuelas de psicología que utilizan el trabajo psico-corporal como herramienta principal para llegar a entender el fondo de los conflictos emocionales.
Desde ahí, y en el lenguaje cotidiano, aparecen frases hechas referidas a este hecho: alguien que está “con los pies en la tierra” sería alguien con un carácter estable, emocionalmente equilibrado,  que inspira confianza y serenidad. Por el contrario, alguien “con la cabeza volada”, sería también  alguien “con los pies a dos metros del suelo”... Creo que no necesita mucha más explicación.
Los pies y la cabeza relacionados... Arriba y abajo... Tomar conciencia de este hecho, respirarlo a fondo, prestar más atención a lo que nos dice de nosotros la manera en que nos apoyamos en nuestro suelo, y ver de que forma podemos cambiar, mejorar esto en el caso de que sea necesario, puede ser un ejercicio interesante a practicar en el camino de seguir re-conociéndonos.
Desde la mirada de la bioenergética, los pies son nuestra zona de intercambio de energía con la tierra. Desde la medicina china, el sano fluir y el equilibrio de nuestra energía son los responsables de nuestra salud.
Podemos seguir observando-sintiendo nuestros pies y hacerlo desde lo emocional, desde lo estético, desde la salud, lo simbólico, incluso lo erótico, os invito a que hagáis vuestras propias aportaciones...
Os invito a enriquecer vuestra expresividad corporal y emocional tomando hoy contacto con el suelo, con nuestro equilibrio, con nuestro apoyo físico y emocional.
Los movimientos que surgen con “los pies en la tierra”, son definitivamente más expresivos, más armoniosos, más bellos, comunican más eficazmente y transmiten energía.
Esto lo saben quiénes utilizan su voz como herramienta de trabajo: “Los agudos salen desde los pies, a partir del contacto con el suelo”. El día que escuché decir esto a una profesora de canto me llenó de sorpresa y fascinación. Pruébalo. Es cierto. Todo en el cuerpo está relacionado. Es maravilloso.
Quienes bailamos sabemos también lo fundamental que es tener conciencia del apoyo de tus pies sobre el suelo para dar mayor fuerza, expresividad y equilibrio a los movimientos.
El cuerpo-mente cotidiano, el que se levanta por las mañanas después de una noche de sueño reparador (o no…), el que utiliza los pies para “ir hacia”, o para “alejarse de”, nosotros, también podemos beneficiarnos enormemente de tratar con más atención esta parte de nuestro cuerpo.    
Sigue observando tus pies ahora..., pero hazlo con todo el amor posible. Merecen tu cariño y atención cuidadosa. Hablan de ti. Eres tú.
Hoy no “tienes pies”, hoy “eres tus pies”. Te invito a vivir el día de hoy desde ese sentir. Disfrútalo.           
Ejercicio para sentir y mejorar el apoyo con el suelo:
Necesitas una pelota de goma pequeña, aproximadamente del tamaño de un huevo. Colócate sobre tus pies, frente a una pared. Deja tus brazos relajados a ambos lados. Respira profundamente tres veces, para llevar tu atención hacia tu cuerpo, y date cuenta de cómo es el apoyo de tus pies en el suelo. Silencio y atención. ¿Cómo te sientes ahora apoyada sobre tus pies?
Coge ahora la pelota y déjala en el suelo. Apoya tus manos sobre la pared y pisa con uno de tus pies la pelota. Apretándola ligeramente, haz que la pelota se mueva bajo tu pie para masajear con firmeza toda la zona. Siente tu respiración acompañando lo que haces. Haz esto durante cinco minutos y después cambia al otro pie.
Cuando acabes, quédate en silencio sintiendo el apoyo de tus pies ahora. ¿Cómo lo sientes? ¿Ha cambiado algo? ¿Cómo es tu apoyo en este momento? ¿Te resulta agradable sentirte así?
Trata de no pensar demasiado, sólo déjate sentir. Saborea la experiencia y…
…Que tengas un buen día